En la fase analítica se realizan las
pruebas solicitadas a los análisis, obteniéndose su resultado y siendo
validadas e interpretadas por los facultativos especialistas en
laboratorio.
Las pruebas que se realizan en un laboratorio se pueden clasificar en tres grupos:
- Las pruebas que se realizan en autoanalizadores: los técnicos del laboratorio cargan las muestras en los analizadores, el sistema informático envía las listas de carga a los analizadores, y tras finalizar el análisis los resultados se vuelcan en el sistema informático.
- Las pruebas que se realizan por procedimientos manuales: los técnicos del laboratorio elaboran listas de trabajo (muchas veces las imprimen, otras veces la consultan en los terminales), efectúan el proceso analítico, e introducen los resultados manualmente en el sistema. Los analizadores que no están conectados al sistema también funcionan según este esquema.
- Las pruebas que se derivan a otros laboratorios: en este caso el laboratorio actúa como un intermediario entre el doctor solicitante y el laboratorio de referencia, limitándose el laboratorio a gestionar las muestras que se han de remitirse al laboratorio de referencia. En ocasiones existe una conexión informática entre ambos laboratorios que simplifica la tarea.
Además de los resultados de la muestras en si mismas, en el
laboratorio se controla la calidad de estos resultados mediante muestras
especiales con resultados calibrados conocidas como controles.
Los controles se intercalan entre las muestras de los pacientes para
verificar que el procedimiento analítico se encuentra dentro de los
margenes de error admitidos.
Una vez obtenidos los resultados por cualquiera de las vías anteriores, los técnicos del laboratorio realizan la validación técnica,
que consiste en dar por buenos los análisis realizados manual o
automáticamente. Esta validación se basa en criterios de realización
técnica (los controles fueron correctos, el analizador no dió errores,
etc.). Este tipo de validación se puede hacer a pie de máquina mediante
una aceptación de los resultados para enviarlos al sistema informático, o
en el propio sistema informático, mediante una revisión global o
individual de los resultados. Normalmente este proceso se realiza en el
analizador para los análisis rutinarios e individualmente en el sistema
informático para los análisis urgentes.
Un buen sistema informático de laboratorio tiene que permitir la definición de un conjunto de reglas automáticas
que automaticen el proceso de validación. Estas reglas, basándose en
valores de campos demográficos, resultados actuales y resultados
anteriores del paciente, amplian la solicitud pidiendo nuevas pruebas,
generan alertas, realizan interpretaciones y validan automáticamente
aquellos resultados que cumplen las condiciones definidas. De esta forma
se automátiza el proceso de validación, quedando pendientes de revisar
aquellos resultados que requieren la interpretación o revisión del
facultativo.
Los facultativos del laboratorio revisan los resultados en un proceso conocido como validación facultativa.
Si durante este proceso detectan resultados discordantes, toman
acciones correctivas, como contactar con el doctor solicitante para
intercambiar impresiones, repetir controles, repetir pruebas, efectuar
pruebas adicionales, etc…
Una vez terminada esta fase, los resultados analíticos están listos para poder ser informados a los médicos solicitantes.
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